jueves, 8 de abril de 2010

CAMINOS Y ATAJOS

Un camino es una vía de comunicación entre pueblos; un sendero por donde transitan las personas en una dirección determinada. En cambio, un atajo, es una senda secundaria, por donde un camino es abreviado. Por experiencia personal, no recomiendo tomar atajos, porque por lo general, no hay señales de tránsito, ni asistencia de servicios y son sumamente peligrosos. Por ahorrarnos tiempo o distancias, corremos riesgos innecesarios. Los caminos siempre los inicia el hombre. ¡Cuánta razón tuvo el poeta cuando escribió: “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”! (Antonio Machado, 1875-1939).
Las personas prudentes, cuando deciden un destino, siempre preguntan o consultan en los mapas, qué camino o ruta conviene tomar, antes de iniciar el viaje. Algunas personas, sin embargo, están desorientadas y van sin rumbo fijo por la vida, como Alicia (“Alicia en el País de las Maravillas”, de Lewis Carroll). El diálogo con el gato es muy ilustrativo:
“--¿Me podría indicar, por favor, qué camino puedo tomar desde aquí?
--Eso depende, en gran manera, a dónde quieres llegar.
--Pues no me importa demasiado a dónde.
--Pues entonces lo mismo te da tomar un camino u otro.
--Bueno…pero siempre que llegue a alguna parte.
--Siempre llegarás a alguna parte, si caminas lo suficiente”, le contestó el gato.
Sir Oliver Wendell Holmes (1809-1894), enseñó que “la cosa más importante en esta vida, no es tanto dónde estamos parados, sino en qué dirección nos estamos moviendo”, y el Elder Neal A. Maxwell, del Consejo de los Doce (1926-2004), siempre repetía un concepto similar, que “la dirección que imprimamos a nuestra vida, es más importante que la velocidad…”.
Albert Einstein, físico alemán (1879-1955), decía que él tenía dos ideas claves, por las cuales regía su vida: 1. ¿Hacia dónde voy? 2. ¿Cómo llegaré?
En mis Charlas con los jóvenes yo agregaba otro interrogante que aprendí de los profetas vivientes: ¿Por qué voy hacia allá?, que indica nuestra motivación real, luego de decidir un destino.
Ya en un plano espiritual, el camino se utilizó simbólicamente en parábolas y otras enseñanzas del Salvador y los profetas. Jesús mismo, durante su incomparable Sermón del Monte, nos enseñó que existen dos caminos principales para transitar:
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.”
(Mateo:7:13-14)
Y un poco más tarde, en un diálogo que tuvo con Tomás, uno de sus discípulos, aprovechó para enseñar una verdad suprema para regresar al Padre:
“Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie --ésta es la clave--, viene al Padre, sino por mí”. (Juan 14:4-6; véase también 2 Nefi 31:21)
El profeta Samuel, predicó que el camino de Jehová, es “bueno, recto y perfecto”. (1 Sam. 12:23; 2 Sam. 22:31; véase también Oseas 14:9 y Apoc. 15:3)
Moroni nos da la clave para permanecer en el camino, luego del bautismo y de la confirmación: “…que fuesen nutridos por la buena palabra de Dios, para guardarlos en el camino recto, para conservarlos continuamente atentos a orar…” (Moroni 6:4)
Personalmente creo que el Señor pensaba en “atajos”, cuando en el prefacio de Doctrina y Convenios señaló: “No buscan al Señor para establecer Su justicia, antes todo hombre anda por su propio camino, y en pos de la imagen de su propio dios…” (1:16; véase también Ezequiel 7:3).
A menudo, no alcanzamos a comprender los caminos del Señor, porque “mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”. (Isaías 55:9).
Nefi nos anima, pero a su vez nos recuerda sobre nuestro albedrío moral: “Anímense, pues, vuestros corazones, y recordad que sois libres para obrar por vosotros mismos, para escoger la vía de la muerte, o la vía de la vida eterna”. (2 Nefi 10:23)
¡Hasta la próxima!