domingo, 25 de octubre de 2009

REFLEXIONES SOBRE UNA VISITA A SITIOS HISTÓRICOS (PRIMERA PARTE)

En el mes de agosto de 2004, Miryam y yo decidimos asistir a la Conferencia General de octubre, en Salt Lake City. El viaje también llevaría como propósito visitar algunos sitios históricos de la Iglesia.

En esta oportunidad, viajamos solamente a los estados de Illinois y Misuri, que detallaré más adelante.

Ahora, quisiera comenzar con una breve reseña de un viaje anterior a lugares históricos de la Iglesia (Octubre de 1991), con el hermano Carlos Agüero. Visitamos el área de Palmyra, New York, a seis horas en automóvil de la ciudad del mismo nombre. Llegamos primeramente a Manchester (3.2 Km. al sur de Palmyra) donde se destacan el Cerro Cumorah, el Monumento al Angel Moroni, la Arboleda Sagrada y la casa de los padres del Profeta.

La visita a la Arboleda Sagrada, merece un párrafo aparte. Llegamos al área muy temprano a la mañana, en un día soleado y hermoso (recordamos el viejo himno “¡Qué hermosa la mañana, que brillante fue el sol…”) Desde la casa de la familia Smith, recorrimos el sendero que seguramente hizo el joven José en aquella mañana de la primavera de 1820, hacia una arboleda cercana. El lugar conserva las mismas características que hace 185 años atrás, con la excepción de unos pocos bancos que fueron colocados en círculo para que los visitantes puedan meditar y orar. Eso fue precisamente lo que hicimos, aprovechando el silencio y la quietud que se experimenta en ese lugar, solo interrumpido por el canto de algunos pájaros.

Cada uno, a su turno, tuvo la oportunidad de pronunciar una oración. En esa oportunidad nos habíamos reunido cuatro compañeros y amigos, miembros de la Iglesia, de diferentes países de Sudamérica, que sentimos un dulce espíritu de paz y la confirmación espiritual de que “allí comenzó todo”. El Padre y el Hijo, en una manifestación única, comenzaban la “última dispensación del cumplimiento de los tiempos” (Efesios 1:10) para la “restauración de todas las cosas” (Hechos 3:21). El “prodigio grande y espantoso” daba comienzo, de acuerdo a lo profetizado por Isaías (Capítulo 29) que “desmenuzaría y consumiría a todos los reinos, para permanecer para siempre” (Daniel 2:44).

Nuestro testimonio sobre el origen de la Iglesia y el cumplimiento de las profecías de la antigüedad, salió fortalecido y más dispuestos a consagrar nuestra vida para establecer el Reino de Dios.

De allí nos dirigimos a la ciudad de Palmyra. En el camino pasamos por la casa y granja de Martin Harris, amigo de José y uno de los Tres Testigos del Libro de Mormón, quien hipotecó su granja en 3.000 dólares, que nunca recuperó, para que se imprimieran los primeros 5.000 ejemplares.

En esa ciudad, en la intersección de las calles Main y State, se encuentran las famosas “cuatro esquinas”, donde se instalaron diferentes iglesias en cada una de ellas: Metodista, Presbiteriana, Episcopal y Bautista.

A una cuadra de este lugar, está la Imprenta E.B. Grandin, donde se imprimió el Libro de Mormón. Es interesante señalar que el Sr. Grandin, dos meses antes de que el Libro de Mormón estuviera listo para imprimirse, publicó una propaganda donde se mencionaba que su negocio estaba en condiciones de imprimir libros. En la actualidad, este edificio es propiedad de la Iglesia y fue restaurado como Centro de Visitantes. La impresora que se encuentra allí, es una réplica, ya que la original se encuentra en el Museo de Historia y Arte en Salt Lake City.

También se puede visitar la tumba de Alvin Smith, hermano mayor de José. En una piedra, hay una inscripción donde se lee: “En memoria de Alvin, hijo de Joseph y Lucy Smith, quien murió el 19 de noviembre de 1823, a los 25 años de edad”.

La Iglesia construyó recientemente un Templo en Palmyra que dedicó el Presidente Gordon B. Hinckley.

La última escala de este viaje fue Fayette, donde Pedro Whitmer tenía una granja. En 1829, José y Emma se trasladaron allí, aceptando una invitación de ellos, para evitar la creciente oposición que comenzaba en Harmony. Por los siguientes tres años José vivió y trabajó en ese lugar.

El 6 de abril de 1830, en una pequeña cabaña, se organizó la Iglesia, y la primera reunión pública fue celebrada el 11 de abril, junto con tres de las primeras conferencias generales. También en ese lugar el Profeta José recibió veinte (20) revelaciones (Secciones 14-18, 20-21 y 28-40) se dio por finalizada la traducción del Libro de Mormón, los primeros misioneros fueron llamados y los Tres y Ocho Testigos vieron las planchas del Libro de Mormón. En la Conferencia General de abril de 1980, durante la celebración del sesquicentenario (150 años) de la organización de la Iglesia, el Presidente Spencer W. Kimball, presidió la celebración desde el mismo lugar. Previamente, esta vieja casa había sido restaurada, se edificó una capilla y se inauguró un Centro de Visitantes.

En esta ocasión memorable, el Presidente Kimball declaró: “Hermanos y hermanas, nos regocijamos por las quince (15) décadas de progreso de ésta, la Iglesia del Señor. Deseamos honrar a aquel pequeño grupo de almas reunidas en la casa de Peter Whitmer hace 150 años con el propósito de organizar formalmente la Iglesia. Podemos honrarles en parte, ayudando a la Iglesia a aumentar su cantidad de miembros al igual que a desarrollar su espiritualidad. Podemos contar el número de miembros en aumento, podemos contar el constante incremento del número de estacas. Estas cifras nos maravillan porque indican el progreso que estamos alcanzando y nos recuerdan, del mismo modo, que debemos lograr aún mucho más en los años por venir.”

También recordó una declaración del Profeta José Smith:

“Nuestros misioneros se dirigen a diferentes naciones y en países como Alemania, Palestina, Holanda, Australia, Indias Orientales y otros; se ha erigido el estandarte de la verdad, ninguna mano impía puede detener el progreso de la Obra. Podrán acosarnos las persecuciones, las muchedumbres combinarse y reunirse los ejércitos; podrán difamarnos con calumnias, pero la verdad de Dios progresará valiente, noble e independiente, hasta que haya penetrado en todos los continentes, visitado todos los climas, extendido por todo país y resonado en todos los oídos, hasta que los propósitos de Dios sean logrados y el gran Jehová proclame que la Obra se ha cumplido.” (History of the Church, 4:540)

Es interesante destacar, que en los primeros años, el Señor no habló de construir capillas, sino Templos. Como lo señaló el Profeta José Smith, cuando instaba a los hermanos a construirlos: “Nosotros necesitamos el Templo más que ninguna otra cosa”.

La primera revelación sobre Templos en esta dispensación, se recibió en la visita del Angel Moroni, el 21 de setiembre de 1823 (DyC 2), cuando recordó la profecía de Malaquías ( 4:5-6), la cual indica que Elías, el Profeta, quien había vivido en el tiempo del malvado rey Acab, traería los poderes del sacerdocio para llevar a cabo las ordenanzas del Templo y sellar familias. Esto se cumplió en una gloriosa revelación en el Templo de Kirtland, el 3 de abril de 1836 (DyC 110:13-16).

Para conocer la secuencia de las revelaciones sobre Templos, debemos analizar las siguientes escrituras de Doctrina y Convenios: 36:8; 38:32; 39:15; 43:16; 57:1-3; 58:57y 84:1-4.

El Dr. Truman G. Madsen, profesor de filosofía emérito de BYU, señaló:

“José Smith estuvo convencido que la culminación de la historia humana, de la historia sagrada y la preparación para el Milenio, no podrían cumplirse, a menos que las personas fueran preparadas a través de los Templos”.

Con razón, el Presidente Gordon B. Hinckley, insiste en declarar que

“Un Templo ocupa un lugar especial en nuestros servicios religiosos. No es una capilla, ni es una casa común para adorar… Estos edificios son dedicados, consagrados y reservados para ordenanzas especiales, las cuales son sagradas y significativas para nosotros”.

En el segundo viaje con Miryam, el lunes 4 de octubre de 2004, embarcamos en un avión desde Salt Lake City, y llegamos a St. Louis, Misuri (3 ½ horas). En esa ciudad alquilamos un auto y salimos hacia Independence (3 horas). Ya era tarde y fuimos directamente al hotel Olive Branch Inn.

El martes 5, bien temprano a la mañana, llegamos al Centro de Visitantes de la Iglesia. Allí nos proporcionaron toda clase de información para llegar a los varios sitios históricos y también pudimos hacer un breve “tour·” dentro del edificio. Excelentes misioneros sirvieron como guías y nos explicaron los momentos tan difíciles que les tocó vivir a los santos en esa zona.. También nos dieron folletos ilustrativos de cada lugar.

Luego nos dirigimos al sitio donde el Profeta dedicó el lote para la edificación del Templo de Jackson, donde se construiría la Nueva Jerusalén; “lugar donde se reunirán los santos y donde Cristo reinará personalmente entre ellos durante el Milenio. Sión (la Nueva Jerusalén) será edificada sobre el continente americano, y la tierra será renovada y recibirá su gloria paradisíaca” (Artículo de Fe Nº 10-Guía para el Estudio de las Escrituras, pág. 148) Lamentablemente, ese predio ahora pertenece a la Iglesia de Cristo. Enfrente se levanta el templo de la Iglesia Reorganizada (hoy llamada Comunitaria de Cristo).

De allí fuimos a Liberty, para visitar la cárcel. Más adelante relataré nuestras impresiones en ese lugar.

En Richmond visitamos el monumento a los Tres Testigos y el cementerio pionero, donde están sepultados David Whitmer, Oliverio Cowdery, Peter Whitmer y Martín Harris. También fue un lugar de refugio para la turba (muchedumbre opositora).

Seguimos viaje y hicimos escala en Far West, donde el Profeta puso las piedras angulares del Templo del mismo nombre y visitamos el valle Adán-Ondi-Ahmán muy cerca de allí.

El destino final de ese día era Nauvoo, Illinois (llegamos a las 23:00 hs.) Todos estos lugares los explicaré y ampliaré más adelante.

La historia de la Iglesia en Misuri es única. Es interesante e importante no sólo por su historia, sino por los grandes acontecimientos que aún están por acontecer. Desde 1831 a 1837 se reconocían dos grandes centros de la Iglesia: Kirtland, Ohio e Independence, Misuri. La historia de esas dos regiones son similares. El Profeta mantuvo su hogar en Kirtland, pero viajaba frecuentemente cuando las ocasiones se lo demandaban, hasta enero de 1838, cuando por la apostasía de algunos hermanos y las persecuciones a la Iglesia en Ohio, se mudó con su familia a Misuri. Allí se imprimió la primera publicación mormona: “The Evening and Morning Star” y dos terrenos para edificar templos fueron dedicados –uno en Independence y otro en Far West. En verdad, fue un período de desarrollo, gran crecimiento y colonización, que comenzó con la llegada de los primeros misioneros, Oliverio Cowdery, Peter Whitmer (h), Parley P. Pratt y Ziba Peterson, en febrero de 1831.Viajaron 1.500 millas desde New York; las últimas 500 las hicieron caminando. Este fue un llamamiento divino, ya que pocos días después de la segunda Conferencia General, llevada a cabo en setiembre de 1830, en Fayette, New York, el Profeta recibió una revelación (DyC 32) en la cual el Señor expresaba Su deseo de que cuatro hombres llevaran el evangelio “al desierto entre los lamanitas”. Estos cuatro hombres salieron en octubre de 1830. El éxito fue tal, que los caciques indios y misioneros de otras denominaciones los conminaron para que terminaran su obra. Por lo tanto, comenzaron a trabajar con los ciudadanos blancos en el Condado de Jackson, entre los que fueron bien recibidos. En junio de ese mismo año, el Señor reveló (sección 52) que “la próxima Conferencia , se verificará en Missouri, sobre la tierra que consagraré a los de mi pueblo, que son un resto de Jacob, y a los que son herederos de acuerdo al convenio”(verso 2). En la misma revelación fueron llamados otros veintiséis (26) misioneros para servir en Independence.

El 3 de abril de 1831, un gran acontecimiento tuvo lugar: la dedicación del terreno del Templo en el Condado de Jackson.

Pero los conflictos entre los miembros y no miembros fueron creciendo en intensidad y más de 1.200 santos fueron obligados a dejar ese Condado, dirigiéndose al norte, en la frontera del Condado de Clay, donde los mormones recibieron asilo. El Señor reveló a José “que a causa de las transgresiones de mi pueblo, me conviene que mis élderes esperen un corto tiempo la redención de Sión” (DyC 105:9). La Iglesia sufrió en extremo y nunca sufrirá más que en Misuri.

La Iglesia crecía rápidamente. En noviembre de 1833, se contaban 1.200 miembros en el Condado de Jackson, y cinco años más tarde, más de 5.000 en los alrededores de Far West. Ese crecimiento tan rápido, hizo necesario establecer nuevas ciudades, como Hauns’s Mill en el Condado de Caldwell, Adán-Ondi-Ahmán, Gallatin y otras. El mismo Profeta dejó Kirtland en enero de 1838 y se estableció en Far West.

Poco tiempo después, el Profeta y su hermano Hyrum, fueron detenidos y llevados a la cárcel de Liberty, junto con otros tres hermanos, a saber, Lyman Wight, Alexander McRae y Caleb Baldwin.

Después de 4 ½ meses, en el mes de abril de 1839, se les permitió escapar y se dirigieron a Illinois. La permanencia en esa cárcel tan inhóspita, fue uno de los tiempos más difíciles en la vida de José Smith. Sus cuartos eran estrechos y sus camas eran de paja sobre piedras o piso de madera de roble. Sin embargo, no todo fue tenebroso y negativo. De vez en cuando sus esposas y amigos les podían visitar.

Lo más importante de todo fue la poderosa influencia del Espíritu Santo sobre José, lo que le permitió recibir y escribir tres revelaciones (secciones 121,122 y 123). Entre ellas la “Epístola a la Iglesia”, que escribió entre el 20 y 25 de marzo, y en la que comenzó escribiendo: “Oh Dios, ¿en dónde estás? ¿Y dónde está el pabellón que cubre tu morada oculta? ¿Hasta cuándo se detendrá tu mano…?” (121:1-2) Pero la respuesta del Señor no se hizo esperar: “Hijo mío, paz a tu alma, tu adversidad y tus aflicciones no serán más que por un breve momento. Entonces si lo sobrellevas bien, Dios te exaltará” (versos 7-8) “Los extremos de la tierra indagarán tu nombre, los necios se burlarán de ti y el infierno se encolerizará en tu contra… entiende, hijo mío, que todas estas cosas te servirán de experiencia, y serán para tu bien. El Hijo del Hombre ha descendido debajo de todo ello ¿Eres tú mayor que El?” (122:1, 5-8)

Podemos concluir que en la cárcel de Liberty, a pesar de las grandes tribulaciones, José tuvo tiempo para meditar y orar, para aprender y lograr experiencias espirituales únicas…

En el año 1939, la Iglesia compró la propiedad de esta vieja cárcel, se restauró y finalmente se dedicó en setiembre de 1963.

Far West fue el tercer y principal asentamiento en Misuri. En esta ciudad nació Joseph F. Smith, hijo de Hyrum y Mary Fielding y el Profeta recibió siete (7) revelaciones (secciones 113-115, 117-120). Este sitio fue elegido por John Whitmer y W.W. Phelps y lo proyectaron de acuerdo al plan general del Profeta para las “ciudades de Sión”. Fue de una (1) milla cuadrada dividida en calles y diagonales. Una gran plaza pública fue dejada en el centro, para un terreno para el Templo y edificios públicos. El 26 de abril, el Profeta recibió una revelación referente a la edificación de un templo en Far West: “Sea para mí la ciudad de Far West una tierra santa y consagrada, y se llamará santísima, porque es santa la tierra sobre la cual os halláis.

“Por lo tanto, os mando edificarme una casa para el recogimiento de mis santos, a fin de que me adoren.” (DyC 115:7-8)

En este lugar, el Profeta suplicó al Señor: “Indícanos, oh Señor, tu voluntad en cuanto a los Doce”. (History of the Curch, 3:46-47). La respuesta no se hizo esperar: “Salgan ellos la primavera próxima para cruzar las grandes aguas, y allá promulguen mi evangelio en su plenitud y den testimonio de mi nombre”, y de ese modo los Doce salieron al mundo.

También en Far West, el Señor reveló el nombre de la Iglesia “en los postreros tiempos, a saber, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días”. (DyC 115:4-5)

La Ley de Diezmos también fue revelada, cuando José preguntó al Señor “cuánto requería de las propiedades del pueblo…”( History of the Church, 3:44) Esta ley como se conoce hoy, no se había revelado. “El Señor había dado previamente la Ley de Consagración y la mayordomía de bienes, la cual los miembros (principalmente los élderes que dirigían) aceptaron por medio de un convenio que había de ser sempiterno. Por motivo de que muchos no cumplieron con ese convenio, el Señor la retiró por un tiempo y en su lugar dio la ley del diezmo a toda la Iglesia” (Prefacio de la sección 119 de DyC).

Poco después, el 4 de julio, las cuatro piedras angulares del templo fueron colocadas en la plaza del centro de la ciudad. Debido a la persecución, la construcción fue postergada. Hoy quedan esas piedras en el lote del templo que pertenece a la Iglesia. En el año 1968, se dedicó un monumento con inscripciones recordando las revelaciones recibidas para ese fin.

Las causas de fricción, desavenencias y conflictos entre los miembros de la Iglesia y otras poblaciones fueron varias y complejas. Los historiadores han identificados a las siguientes:

1. La tierra: Los SUD y otros pobladores estuvieron compitiendo para conseguir las tierras más baratas.

2. Esclavitud: La mayoría de los miembros no poseían esclavos en un estado esclavista.

3. Indios: Los santos fueron amigables y convirtieron a los indios, en cambio otros les temieron y desconfiaron.

4. Política: Muchos de los pobladores originales temieron que los SUD fueron mayoría y se apoderaran del control del Condado.

5. Economía: La producción y el almacenamiento de alimentos fueron vistos como una competencia desleal por algunos comerciantes.

6. Religión: Las creencias de los SUD en revelación moderna y profetas vivientes, fueron ofensivas para la mayoría de sus vecinos.

7. Actitudes: La cooperación y el entusiasmo de los santos por edificar Sión fueron vistos por algunos como clanes y fanatismo.

8. Cultura: La mayoría de los miembros fueron de las regiones del este y norte, mientras que la mayor parte de los otros asentamientos fueron sureños. Los dos grupos eran diferentes en hábitos, costumbres, ideas y estilos de vida.

1 comentario:

  1. me , parese exelente la descripcion de los lugares,los comentarios de los hechos historico de nuestros pioneros sud. testifico sin duda alguna,fue la epopeya mas grande de la historia humana,al dar comieso a la ultima dipensacion de los tiempos y al recogimiento de israel,promesa hecha por dios a los profetas.AMEN.

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