lunes, 11 de mayo de 2009

LA CANTERA Y EL TEMPLO


En el mes de setiembre de 1992, con un grupo de hermanos del Sistema Educativo, que representábamos a 82 países, viví una experiencia única al pie de la montaña Wasatch Front, en la cantera de granito llamada Little Cottonwood Canyon, de donde se extrajo la piedra para construir el Templo de Salt Lake, en Utah.
Cuando llegamos al lugar, nos esperaban las herramientas de mano que utilizaron los primeros obreros 140 años antes, cuando no había ni electricidad ni máquinas. Sólo masas para golpear, brocas para taladrar la piedra y cuñas de acero para cortarla. Además, martillos rugosos para pulir y cinceles para refinar.
Nos dividieron en grupos y cada uno tenía trabajos específicos asignados.
A mí me tocó sostener la broca y esperar que otro compañero golpeara con la pesada masa para perforar la piedra hasta hacer un orificio de 25 centímetros de profundidad. Esta operación debía repetirse cada 20 centímetros, para luego colocar una cuña de acero en cada abertura y golpear al unísono para que el bloque de piedra de varias toneladas, cayera al piso. “Piedra cortada del monte…” (Daniel 2:34-35) Tardaban aproximadamente 2 horas para perforar cada orificio y 1 mes para cortarla con las cuñas.
Ya en la superficie, marcaban la piedra y la cortaban en pequeños bloques de acuerdo a las especificaciones que indicaba el arquitecto del templo. Cuando llegaban al sitio de la construcción, se pulían las caras que daban al exterior, con un martillo especial y el cincel. Demoraban 2 días para preparar cada bloque.
Se construyeron 30 carretas planas (chatas), para trasladar los bloques a la ciudad, tiradas por bueyes. Demoraban 2 días para recorrer los 40 kilómetros. La piedra más pequeña pesaba 1 tonelada. Y no pocas veces la carreta se quebraba cuando lograban cargarla. Colocaban gruesas cadenas alrededor del bloque que era arrastrado por bueyes hasta las carretas. Desde el mes d
e febrero de 1853 –fecha en que se comenzó la construcción del templo—hasta 1870, cuando se terminaron las vías del FF.CC., ese fue el procedimiento.
Recién entonces el traslado fue en vagones pero siempre arrastrados por bueyes, hasta que llegaron las locomotoras a vapor tres años después.
Como no había hombres expertos para trabajar en canteras, se contrataron 40 hermanos de Escocia. Trabajaban 10 horas por día, 6 días a la semana. Vivían en tiendas, alejados de sus familias y expuestos a los rigores del clima, las víboras y alimañas de toda clase. Sólo los domingos descansaban y tenían un servicio sacramental con hermanos que llegaban de los Barrios de la ciudad.
Estuvimos sólo 6 horas en la cantera; tiempo suficiente para reconocer el enorme sacrificio de estos esforzados hermanos.
Uno de ellos escribió en su diario: “Hemos sacado un templo para el Señor, de las canteras de granito, para el gozo de las futuras generaciones”.Cuatro días después de llegar al valle, el 28 de julio de 1847, el Presidente Brigham Young, acompañado de otros líderes de la Iglesia, señaló el lugar donde se iba a levantar el templo, clavando su bastón. Pero pasarían casi 6 años para la ceremonia de la palada inicial (febrero de 1853). El 6 de abril del mismo año se colocaron las 4 piedras angulares de 3 ½ toneladas c/u., representando “los cuatro cabos de la tierra”, y dos años más tarde se terminaron de llenar los cimientos.
En esa época, la Iglesia comenzaba un período de pruebas y aflicciones muy
severas, en algunos casos por desafíos internos y en otros por persecución del gobierno del Estado. Motivo por el cual se cubrieron los cimientos y se suspendió la construcción en el año 1858. Dos años más tarde se descubrieron nuevamente. El Presidente Brigahm Young visitó el lugar para hablar con el arquitecto y los obreros y luego de una inspección, ordenó reemplazar la roca caliza de la que estaban construidos, por bloques de granito. “Este templo debe permanecer de pie y sin fisuras hasta la Segunda Venida del Salvador”, les dijo.
Treinta años más tarde, el 6 de abril de 1892, el Presidente Wilford Woodruff presidió la colocación de la piedra de coronamiento. Finalmente, el 6 de abril de 1893, lo dedicó con la presencia de más de 50.000 personas. Habían pasado 40 años desde la palada inicial. “Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones.” (Isaías 2:2)
“Oh Señor –dijo el Presidente Woodruff en su oración dedicatoria—con intensos e indescriptibles sentimientos, contemplamos la finalización de esta sagrada Casa. Dígnate en aceptar éste, el cuarto templo que Tus hijos del convenio han erigido en estas montañas, auxiliados por Ti. En tiempos pasados, inspiraste con Tu Santo Espíritu a Tus siervos los profetas… Te agradecemos el haber tenido la gloriosa oportunidad de contribuir al cumplimiento de esas visiones… y que hayas condescendido permitirnos tomar parte en esta gran obra.” (“Enseñanzas…” pág.182).
Bajé de la monta
ña con una visión renovada de la eternidad y con la firme determinación de ir tallando y refinando mi “hombre natural” (1 Cor. 2:14; Mosiah 3:19) para no dejarme influir por las “pasiones y apetitos de la carne” y ser más sensible “a los susurros del Espíritu”. “¿No sabéis que sois templos de Dios?” (1 Cor. 3:16-17)
“…vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”. (Ver 1 Pedro 2:4-10)
¡Hasta la próxima!

1 comentario:

  1. Hola Hugo, soy Giovanni Franco, no sabes lo emocionado que me siento al saber de tí, te recordamos con elevada estima, mis hijos y la familia Franco aun oran por tí.

    Fuiste un gran ejemplo de amor y bondad durante los dos años que estuvimos juntos en el CCM de Guatemala.

    Durante este año hemos estado asistiendo con la patrona sábado a sábado al Templo, y me encantó el artículo de las piedras de la cantera.

    Fijate que del barrio solo asistían 4 personas al Templo, nos pusimos manos a la obra con la patrona y ahora estamos logrando una asistencia de 18 hermanos asistiendo.

    La meta son 30 asistiendo cada sábado cuando finalice el año 2009.

    Te amamos Hugo, siempre te recordamos, que El Señor te bendiga a tí. a Miriam y a toda tu posteridad.

    Giovanni

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